Jonathan Avellaneda, representante argentino en salto en alto en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro, fue homenajeado en la cuarta edición de la elección al Misionero del año. Avellaneda integró la terna final, y recibió una distinción del diario El Territorio. «Fue un gran año. Con mucho crecimiento y espero seguir avanzando”, dijo el atleta, tras recibir su premio.
«Haber quedado entre los tres mejores es un orgullo enorme y un compromiso para seguir trabajando del mismo modo. Fue un verdadero honor y 2016 fue uno de los mejores años de mi vida. Mejoré mi marca en los Juegos Paralímpicos de Río y ahora tengo que seguir en la misma línea para seguir creciendo», le dijo Avellaneda a Paradeportes.
La ganadora de la cuarta edición de la elección del Misionero del Año 2016 fue Edy González, una docente de 47 años de la Escuela 898, ubicada en el paraje Alegría, San Antonio. Es el establecimiento más lejano del pueblo y la educadora hace a caballo 20 kilómetros desde la zona urbana hasta el lugar para dictar clases. Hace años que lucha contra un cáncer de pulmón, pero nunca aflojó. Su compromiso con sus 60 alumnos ha sido inquebrantable.