Esgrima en silla de ruedas

Uno de los primeros deportes presentes en el programa paralímpico, la Esgrima en Silla de Ruedas hizo su aparición inicial en los Juegos de Stoke Mandeville, en Inglaterra, en 1953. Solo personas con discapacidad locomotora pueden disputar en la competición de Esgrima en Silla de Ruedas, siendo las más comunes amputaciones, paraplejia, malformación congénita y accidentes vasculares. Las clases se dividen según el equilibrio de cada atleta en la silla y la condición del brazo que empuñará el arma. Los equipos obligatorios de la modalidad son: máscara, chaqueta y guantes protectores. En los partidos de florete hay protección para las ruedas de la silla. En las disputas de espada, se utiliza una cobertura metálica para proteger las piernas y las ruedas de la silla. Las pistas de competición tienen 4 metros de longitud por 1,5 metros de ancho. Por medio de sensores especiales, se conectan los esgrimistas a un sistema de puntuación electrónico que indica si un toque es válido y, a partir de eso, el árbitro determina si es un punto o no, y para cual atleta en caso de toque doble.