El Rugby en silla de ruedas nació en Canadá. En 1977, un grupo de atletas tetrapléjicos de Winnipeg, Manitoba, estaba buscando una alternativa para el básquetbol en silla de ruedas que permitiera la participación de jugadores con movilidad limitada de manos y brazos. En 1993 se reconoció como un deporte para personas con discapacidad física —además de haber sido creada la Federación Internacional de Rugby en Silla de Ruedas (IWRF, en inglés). La disciplina es practicada por personas con tetraplejia, en consecuencia de lesión medular, o parálisis cerebral, amputaciones o deformidades en los cuatro miembros y secuelas de poliomielitis entre otros. Los jugadores son clasificados en siete clases según su habilidad funcional, en una escala que va de 0,5 a 3,5 (cuanto más alta la clase, más alto el grado de habilidad funcional). Cada equipo puede tener solo cuatro participantes en campo al mismo tiempo, y para mantener el equilibrio en las disputas, su suma no puede exceder ocho puntos. El Rugby en Silla de Ruedas se disputa en una cancha de Baloncesto, y el balón es similar al de Voleibol. Se dividen los partidos en cuatro tiempos de ocho minutos cada uno y se detiene el tiempo cada vez que la pelota sale o se comete falta. Los atletas pueden llevar la pelota en las piernas, rebotarlo o pasarlo. Cada jugador tiene la posesión del balón por tiempo indeterminado, pero tendrá que rebotarlo por lo menos una vez a cada diez segundos. El equipo con posesión del balón no puede tardar más de 12 segundos para entrar en el campo del oponente, y tiene 40 segundos para finalizar la jugada el objetivo de esta regla es que el juego sea más dinámico. El objetivo del Rugby en Silla de Ruedas es marcar gol en la línea de fondo del campo, entre dos conos verticales. Sin embargo, es necesario cruzar la línea adversaria con las dos ruedas de la silla. Como las reglas de este deporte permiten un alto grado de contacto entre los jugadores, por cuestiones tácticas y de seguridad, hay sillas de ataque y de defensa. Las primeras tienen parachoques delanteros y “alas” para que no se queden enganchadas durante las jugadas, mientras que las segundas tienen un accesorio en la parte delantera justamente para impedir el avance de los rivales.
Rugby en silla de ruedas
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