«Fui a jugar la Copa Costa Rica de Tenis de Mesa Adaptado para sumar puntos y participé en la competencia por equipo. No me presenté en la categoría individual porque tenía un dolor. Lo concreto es que conseguí el objetivo y voy a jugar mi segundo Paralímpico», dice Fernando Eberhardt (C1), ya de vacaciones en Córdoba y a la espera del 11 de enero, fecha en la que retomará la actividad.

«Fueron cuatro años trabajando muy duro, sumando puntos. Estoy contento con mi nivel. Ya cumplí mi gran objetivo, que era clasificar. Ahora, para el 2016 aspiro a colgarme una medalla, sé que no es algo imposible», dice Fernando. En su categoría (C1) habrá doce clasificados que se dividirán en cuatro zonas de tres competidores. El mejor pasará a la semifinal. «Es un sistema que suena injusto, pero es así. Lo importante es estar bien de la cabeza. Tengo confianza, y eso es importante», dice el mismo que en los Juegos Paralímpicos de Londres consiguió un diploma.

Mientras tanto, y hasta que lleguen los Juegos de Río, hay que enfocarse en la preparación. «Existe la posibilidad de jugar un certamen en Italia en febrero, ojalá se pueda dar. Y en mayo hay una gira por Eslovenia y Eslovaquia, con los mejores del mundo. Y en junio o julio podría ir a Asia. La idea es hacer cuatro torneos para llegar con rodaje a Brasil», explica Fernando.

Fernando Eberhardt y Gabriel Coppola son, hasta el momento, los únicos argentinos que nos representarán en el tenis de mesa en los próximos Paralímpicos. Y aunque son de distinta categoría, podrían jugar en la competición por equipo. «Ya lo hicimos en Londres. El sistema fue de eliminación única y perdimos en el debut contra una pareja alemana que era la mejor del mundo. Ahora, tendremos revancha», avisa.

Se cierra el año, Fernando está feliz porque cerró una temporada en buen nivel. «Conseguí triunfos importantes que me sirvieron para darme cuenta que estoy bien encaminado. Voy a Río a buscar la medalla, el convencimiento es grande, la esperanza, también».

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