Osvaldo Hernández no tiene descanso. Faltan unas pocas horas para despedir el 2015 y él ya está pensando en la temporada que se avecina. «El 2016 vamos a trabajar con tres seleccionados por primera vez en la historia del Fútbol 7», cuenta, entusiasmado, el entrenador de Los Tigres, el seleccionado de fútbol con parálisis cerebral.
«La Selección Mayor tiene como objetivo los Juegos de Río. Vamos a seguir con las concentraciones, y en abril hay un certamen en España. Después, en junio o julio, viajaremos a Brasil para concentrarnos 15 días. Por suerte los chicos están comprometidos, motivados», arranca Osvaldo Hernández.
«La Selección Sub 18 se va a preparar para disputar un torneo juvenil y con la Sub 16 vamos a trabajar de cara a los Juegos Juveniles de San Pablo 2017. La verdad es que es un sueño cumplido», relata el DT, que apunta a que la actividad paralímpica siga creciendo.
«La Escuela de Desarrollo tiene muchas funciones. Intenta que los chicos, a través del deporte, se inserten en la sociedad. Integra a los padres para que asistan a las actividades. Queremos que los chicos reconozcan su cuerpo, que lo descubran. Que sepan cuál es el límite. Porque lo más fácil es el fútbol, sí. Pero capaz que le descubrimos que tiene talento para otras disciplinas. Lo importante es darle una mejor calidad de vida», explica Hernández.
A la hora de hacer un balance deportivo, Hernández destaca que «en el Mundial de Portugal nos fue más o menos, pero nos sirvió. Nos ayudó a darnos cuenta dónde estábamos. Y después lo de Toronto fue muy bueno, con un segundo puesto increíble en una final en la que pusimos incómodo a Brasil. Fue un un partido que dominamos tácticamente hasta que nos quedamos con uno menos». La última presentación del año fue en el Triangular que Argentina ganó en Chile, donde los Tigres alcanzaron «un pico de rendimiento muy alto».
Cuando Hernández levante la copa para el brindis, va a pedir, por una medalla de bronce en los Juegos de Río. «Es nuestro objetivo, lo que vamos a ir a buscar». Pero, además, celebrará para que «los chicos sigan este camino que están transitando. Porque son extraordinarios, educados, respetuosos y me hacen sentir más joven».
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