Hernán Urra se prepara para su lanzamiento de bala. Repasa mentalmente todos sus movimientos y por su cabeza sólo pasa lo que tiene que hacer. En la pista de atletismo está solito, pero acompañado. “En el momento de competir estoy concentrado y enfocado en lo que debo hacer, pero siempre pensando en que mi familia me apoya a la distancia desde casa y que más allá del resultado, ellos van a estar a mi lado”, asegura el rionegrino Hernán Urra, doble medallista paralímpico.
Cuando Urra se refiere a su familia, habla especialmente de su pareja y sus hijos Ian y Aaron. “La familia es un estandarte que te acompaña en las buenas y en las malas. Los que están a tu lado de manera incondicional”, le dice a Paradeportes el atleta de Cinco Saltos que llega a París con un objetivo muy claro.
“Después de los Juegos de Tokio quedé muy ansioso y eso me motivó para pelear este año por subir a lo más alto del podio. Lo hablo bastante con mi entrenador Federico Salazar y también con el resto del equipo. Por eso me entreno todos los días para dar lo mejor y superarme”, indica Hernán, ganador de la medalla plateada en lanzamiento de bala en Río 2016 y Tokio 2020.
Así, mientras reparte las horas entre su trabajo en la Municipalidad y los entrenamientos en la pista y el gimnasio (siempre en doble turno), Hernán repasa su pasado y se encuentra con ese joven que en sus inicios se inclinó por el paddle en los Juegos Rionegrinos y luego probó con natación y atletismo. Hasta que un día se dedicó a lanzar bala y disco. “Me empezó a ir bien, conseguí resultados y aquí estoy”, dice Urra.
Aquella medalla dorada que obtuvo en los Juegos Juveniles Parapanamericanos de 2013 en Buenos Aires fue una clara señal: ganó la prueba de lanzamiento de bala con récord continental. Ese fue el comienzo de su carrera con los colores celeste y blanco. Hernán Urra, con un pasado formidable en los Juegos Nacionales Evita, se hizo grande entre los grandes. Y quiere más.