Ignacio Parodi se llevó toda la atención en el Mundial de para-atletismo juvenil de Notwill, Suiza. En su primer viaje internacional, el atleta ciego ganó dos medallas doradas en lanzamiento de bala y disco F12.
Su camino para convertirse en campeón del mundo fue largo y comenzó cuando tenía siete años. Fabiana Zeballos, su profesora en una escuela especial, lo hizo practicar deporte y así empezó a participar de competencias. Así, pasó por torball, goalball, básquet y hasta remo.
El quiebre se dio a los 12 años. «Estuve tres o cuatro años sin entrenar ni competir. Nunca fui del deporte, siempre fui reservado. Cuando cumplí 12, la edad para poder hacer lanzamiento, hice la primera prueba. Y encontré mi lugar», explica Ignacio sobre el momento que lo marcó para siempre. «Me gustó la técnica y mi contextura física me ayudaba. Vi que podía ser bueno en esto».
Así fue como, en 2015, los entrenadores Ignacio Pignataro y Bruno Zanacchi lo conocieron y lo invitaron a realizar una prueba en el CENARD. Dos años después, acompañado por Bernardo Pignataro y Javier Álvarez, logró un doble campeonato mundial.
«Fui sin expectativas. La idea era llegar a la final y ver qué pasaba. Me fue mucho mejor de lo que esperaba. Pude lograr lo que hice en la competencia previa al viaje, en Buenos Aires. Estoy más que contento, pude ganar las únicas dos medallas doradas de Argentina en el torneo», cuenta, orgulloso. Desde Zárate, tierra de Hernán Barreto, con Sergio Paz como referente y con Hernán Urra como objetivo a seguir, Ignacio se permite soñar: «Me veo en los Juegos Paralímpicos de 2024. Voy a tener 23 años. Tengo ganas y voy a apostar por esta carrera a futuro».