Estos son los cuartos Juegos Nacionales Evita para el Elián Nievas, entrerriano de Victoria. Empezó en 2014 compitiendo en atletismo y en las últimas tres ediciones se abocó a la natación, en la categoría S11, para deportistas ciegos.
Tiene 15 años y ya colecciona medallas de todos los metales en sus participaciones en los Evita: en 2015 se llevó el bronce en espalda, en 2016 se colgó dos doradas, en estilo libre y espalda, y este año se vuelve para Victoria con dos preseas plateadas, en las mismas especialidades que el año pasado.
Como la mayoría de los chicos, se inició en el deporte a modo recreativo y fue pasando por varios: cuando tenía 11 años el municipio le dio una bicicleta para andar en tándem y pronto se pasó al atletismo. Luego, con la profesora Verónica Azpeitia, que lo acompaña en Resistencia, se fue metiendo en la natación.
«Antes era más difícil, porque en Victoria no había pileta climatizada. Entonces Elián practicaba en diciembre, enero y febrero y después competía en los Juegos Provinciales y a fin de año participaba en los Evita. Ahora es distinto: en 2016 climatizaron la pileta y puede practicar todo el año», resume Azpeitia.
No fue fácil el despegue de su familia para ir a competir. La profe lo cuenta: «En 2014 íbamos para Concordia a participar en el Provincial y la mamá de Elián nos acompañó. Después de unos kilómetros, se arrepintió; se dio cuenta que la actividad deportiva lo ayudaría a independizarse. Hoy Elián creció mucho en ese aspecto».
Independencia y responsabilidad van de la mano. Para seguir compitiendo tiene que compatibilizar la natación con el estudio. «Es un buen alumno», anticipa su entrenadora y él cuenta que cursa sus estudios por la tarde y practica en la pileta a partir de las 19 horas. «Estoy disfrutando muchísimo de la natación y de la posibilidad de venir a esta competencia. Antes no sabía qué hacer, ahora me siento independiente, y con muchos nuevos amigos», expresa Elián, que ya forma parte de varios grupos de WhatsApp con competidores de todas las provincias. «Hoy nadé al lado de un chico de Mendoza y ya lo agregué», ilustra. Los Juegos son un punto de partida para una mayor integración social, también.
Ya tiene oro, plata y bronce, pero los desafíos no se detienen. «Él es perseverante, se manda», acota la profe y Elián completa: «me encanta el deportea, hora quiero animarme a jugar al fútbol. Se puede».