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[et_pb_column type=»4_4″][et_pb_text admin_label=»Text»]El diluvio le dio un marco diferente al estadio Olímpico de Tokio. Allí, donde Antonella Ruiz Díaz y Yanina Martínez ya se habían colgado sus medallas, el rosarino Brian Impellizzeri empezó a darle forma a su sueño.
Fueron 70 minutos de suspenso y emoción, donde Impelizzeri llegó a estar en el primer puesto con ese salto de 6.44, en su segundo intento, en categoría T37. En la tercera ronda, el ucraniano Vladyslav Zahrebelnyi metió 6.59, marca que lo dejaría en lo más alto del podio.
Impellizzeri tuvo después otros cuatro saltos: 6.35, 6.04, 6.18 y 6.24. Sin embargo, aquel de 6.44, el mejor marca de su carrera, fue que lo ubicó en la segunda posición con tan solo 23 años en su debut paralímpico. Además, consiguió la primera medalla paralímpica de la historia para Argentina en salto en largo.
Con la bandera argentina sobre sus espaldas como armazón, y con esa sonrisa que se le escapaba del rostro, Impellizzeri festejó este logro histórico bajo la lluvia. Mesurado y tranquilo. Como es él. Y con esa mirada profunda y contenida, sabe que su historia en Tokio aún no terminó. Lo espera la prueba de los 200 metros, en las que buscará alcanzar la final. Eso sí, la medalla plateada será su gran compañera esta noche (y toda su vida) cuando cierre los ojos y se dé cuenta que aquel sueño se hizo realidad.
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