Periodista deportivo recibido en DEPORTEA, representante independiente de músicos, fanático mal de River Plate (pero mal, mal, eh), emprendedor serial, activo participante en redes sociales, crack indiscutido en la playstation y picante participante en batallas de Freestyle, aunque esa faceta hoy la tiene un poco relegada. La música es parte fundamental de su vida, en especial el rap y el rock. El asado es su comida top y el tenista David Nalbandian (otro fana de River) su ídolo deportivo. Todo esto y mucho más puede aparecen en el CV de Khaleb Manzur, el arquero de la Selección Argentina de Powerchair Football que espera ansioso el debut frente a Inglaterra en el Mundial de Australia, que se jugará del 15 al 20 de octubre.
Khaleb tiene 21 años, nació el 1º de agosto de 2002 en Comodoro Rivadavia, Chubut. Le hace honor a su signo de Leo, su carácter y confianza así lo demuestran. “¿Alguna cábala? Ninguna, no las necesito”, responde sin dudar. Aunque ya siente la adrenalina previa al comienzo del Mundial que soñó desde que comenzó a jugar al Power en 2013, con apenas 10 años. “Soy una persona que intenta visibilizar lo que desea. Mi primera sensación al subirme a la silla de juego fue que iba a tener que trabajar mucho para lograr todo lo que quería lograr. Y así lo hice”, asegura. Su primer equipo fue Gladiadores y luego pasó a Tigres de Pacheco, actual bicampeón argentino y de la Copa Libertadores, donde fue la gran figura de la final en 2022. Atajó los tres penales en la definición. Chiquito Romero o el Dibu, un poroto.
Con la Selección debutó de muy jovencito, en el Mundialito Power Soccer de Río de Janeiro en 2014. El rival: Brasil. Resultado: derrota por 5-3. Luego vendrían muchas más victorias. “¿Qué sentí cuando me puse la camiseta argentina por primera vez? Que no importa el talle de la remera, siempre me quedaba grande. Es muy difícil estar a la altura de vestir los colores más lindos del mundo”, dice Khaleb, que nació con AME 2 (Atrofia Muscular Espinal) y conoció el deporte a través de la organización FAME (Familias AME Argentina).
En la cancha, su posición original es de central, pero en la Selección tuvo que cambiar el chip y ocupar un lugar clave: el arco. Desde el fondo, con la camiseta número 13, ordena, habla, grita y genera tranquilidad para salir rápido y que el resto haga lo suyo. “El equipo llega a Australia con muchas expectativas. Con una unión emocional admirable. Estos últimos años fueron muy caóticos para la Selección Argentina y la resiliencia que tuvimos todos para intentar llegar de la mejor manera es solo una muestra del carácter que tiene este plantel. Lo mejor es que nos conocemos hace muchos años. En este Mundial no habrá rivales fáciles. Vamos a ir por todos. Queremos ganar”, dice con su habitual confianza. En Australia está acompañado por su mamá María Soledad y papá Karim. Y desde Argentina recibe el aliento de sus hermanas Morena, Guadalupe, Umma y Francesca.
“El deporte en mi vida es una manera de vivirla, enseña cosas que ningún otro campo puede enseñarte. No podría vivir sin hacer deporte. Y jugar al Powerchair Football es jugar contra los miedos de uno mismo. Ahora estoy en Australia cumpliendo el sueño de mi vida. Mis compañeros y yo vamos a dejar todo. De eso no tengan dudas”. Palabra de Khaleb.