La bandera argentina sube, y son más de cien almas que entonan las estrofas del himno nacional. Hay aplausos, también emoción. En medio de tanta alegría, apareció Pachi, la mascosta de los Juegos. Y hubo baile, sonrisas y fiesta en plena Villa Olímpica, cuando el sol no daba respiro.Después de la ceremonia, de la que también participaron México y Honduras, Ricardo Cristofani, el Jefe de Misión de la delegación argentina, reunió a todos los atletas para la foto oficial, a la que luego se sumaron el bailarín Pachi y las voluntarias. Entonces, tomó la palabra José María Valladares, el presidente del COPAR (Comité Paralímpico Argentino): «Chicos, además de pedirles profesionalismo, les voy a pedir un favor: si pueden, háganse un rato para ir a ver a sus compañeros. Vayan a alentarlos, A los de más experiencia, que estén juntos los más jóvenes. Que le cuenten sus experiencias. Somos un equipo. Vamos Argentina». Y estallaron los aplausos.
El que vino a dar su apoyo al equipo argentino fue José María Vénere, el Cónsul General en Canadá junto a Noelis Real, de la embajada. Vénere aplaudió a los deportistas, dijo que iba a ir a verlos y se sacó fotos con los jugadores de básquet sobre silla de ruedas. La Villa Parapanamericana se tiñó de celeste y blanco, y eso que los Juegos aún no arrancaron.
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