Después del paso de los 3º Juegos Paralímpicos de Tel Aviv 1968 la idea de la Federación Internacional de Deportes en Silla de Ruedas de Stoke Mandeville (ISMWSF), organizadora del evento en aquel entonces, era poder hacerlos en Munich, en la misma sede de los Olímpicos, tal como había sucedido en Roma 1960 y Tokio 1964. No pudo ser.

Munich, la ciudad alemana que haría los Juegos en 1972, no accedió al pedido. Finalizado el evento, el Comité local cerró la Villa y vendió los departamentos. Además, el asesinato de 11 deportistas israelíes a manos del grupo terrorista palestino Septiembre Negro también influyó en la decisión.

Así fue como la ciudad alemana de Heidelberg se ofreció e invitó a organizar los Juegos en el Instituto de Entrenamiento Físico de la Universidad. Los 4º Juegos Paralímpicos (recordamos que el nombre “paralímpico” se oficializó recién en la década del ’80) se realizaron del 2 al 11 de agosto de 1972 y participaron 922 atletas de 42 países.

Los deportes que formaron parte del programa fueron 10: atletismo, básquet en sillas de ruedas, boccia, dardo con arco, esgrima, natación, pesas, snooker (billar), tenis de mesa y tiro con arco. El goalball, un deporte para personas ciegas y disminuidas visuales, participó como exhibición.

Heidelberg fue recordada por la riqueza de las actividades sociales y culturales durante los Juegos. Allí nació la idea de una «Carpa de la Cerveza» para todos los participantes. La “Carpa de la Cerveza” se convirtió en un punto de entretenimiento nocturno informal… y de encuentro entre los deportistas de todo el mundo.

Argentina participó una vez más de la competencia como lo venía haciendo desde 1960. Presentó 21 atletas, de las cuales 10 fueron mujeres. Nuestro país ganó 9 medallas: 2 doradas, 4 plateadas y 3 de bronce. Así ocupó la 20º posición de la tabla general.

Las dos medallas doradas fueron de Rubén Ferrari, en lanzamiento de jabalina; y de la selección femenina de básquet en sillas de ruedas, que venció en la final a Jamaica por 25-22. El título del básquet marcó un punto de inflexión para el deporte paralímpico nacional: fue la primera medalla dorada de un deporte en conjunto. En los Juegos de 1968 las mujeres habían conseguido la plateada.

La gran figura argentina fue Olga Richhetti, quien ganó cuatro medallas en atletismo y natación: 2 plateadas (lanzamiento de disco y slalom) y 2 de bronce (lanzamiento de jabalina y 25m pecho).

Las otras medallas plateadas fueron en atletismo con Raúl Di Paolo en lanzamiento de jabalina y Cristina Benedetti, en slalom. El equipo de básquet masculino se quedó con la medalla de bronce.