«Hace un par de año me metí de lleno con las pesas y me di cuenta que tenía pasta. Que era bueno». Fue una tarde del 2012, en un gimnasio de Mar del Plata, cuando Lucas Gareca encontró un tesoro perdido. Mientras realizaba la rehabilitación tras el accidente que había sufrido a los 12 años en el campo (perdió una pierna), recibió una invitación de Matías Bernatene, entrenador del gimnasio Fuego Sagrado. «Me llamó, insistió y acá estoy», cuenta este marplatense de 19 años.
Lucas Gareca es uno de los tres ternados para el Olimpia al deporte Paralímpico 2014, premio que se entregará el martes 16 de diciembre en La Rural. Comparte ese halago con Anabel Moro (natación) y Gustavo Fernández (tenis). «Cuando me contaron que me habían elegido me sorprendió un poco. «Si me gustaría ganarlo. Sí, claro que sí. Si llega, bien. Pero aprendí que no hay que frustarse», explica.
En abril de este año, Gareca tuvo su día de gloria cuando se consagró campeón mundial junior de levantamiento de pesas en Dubai, Emiratos Arabes. En la categoría de hasta 97 kilos, tuvo un muy buen registro que le permitió quedarse también con el récord Parapanamericano Junior. En su primer intento, levantó 140 kilos. Aumentó la barra a 147 kilos y, tras un intento no válido, logró este registro en su última chance. «Fue increíble. La verdad que nunca imaginé que podía ser tan bueno con las pesas. Yo era muy bueno jugando al fútbol», dice.
«Cuando era pibe jugué en las inferiores de Independiente, como enganche. Pero siempre soñé con ir a Boca, soy fanático de Boca. Mi ídolo es Martín Palermo, un crack. Y tengo otro sueño: conocer la Bombonera», explica. Se nota, cuando habla, que lleva el fútbol en la piel. «No me pierdo un partido por televisión. Ni de Boca, ni de nadie».
Lucas Gareca ama el fútbol, pero también se considera un especialista en la cocina. «Hago buenas pastas, y me gusta hacer comidas que están relacionadas con mi dieta deportiva», reconoce. Y cocinarse es parte de su rutina diaria. Como salir a caminar por la mañana, ir a entrenar al gimnasia cada tarde. Ahora, piensa en los Juegos Parapanemericanos de Toronto. «Compito desde el 2013, y en poco tiempo descubrí un nuevo camino, y sé que tengo mucho por mejorar». Y que a los 19 años lo elijan para ganar un Olimpia es un buen aliciente de cara al futuro.