Se acerca fin de año y es el momento del clásico balance. Rodrigo Lugrin no tiene dudas y asegura que el 2015 fue uno de los mejores. «Fue un año espectacular, no me puedo quejar. La verdad es que sería injusto pedir más», indica el capitán de la Selección Argentina de Fútbol 7. «En los Parapanamericanos de Toronto ganamos la medalla plateada y cerramos con un título en Chile, donde jugamos en un alto nivel», grafica.
«En lo individual fue, sin dudas, mi mejor año. Muy positivo. Cuando la familia apoya, se refleja. A mí, al menos, me sucedió eso», explica Lugrin, uno de los pilares del equipo que conduce Osvaldo Hernández. «Me gusta el idea y vuelta, aporto dinámica y me gusta hacer goles, ¿a quién no?», dice Lugrin, que lleva el brazalete de capitán desde 2013, el mismo que metió un golazo ante Estados Unidos en Canadá.
Mientras ayuda a su padre en las tareas del campo en Villa Clara, Lugrin, de 21 años, reconoce que gracias a Los Tigres, creció como persona y viajó por el mundo. «Me encantó Barcelona, y más Toronto. Me gustó la tranquilidad, la organización. Tenemos que aprender de ellos», destaca.
Rodrigo sufrió un ACV cuando tenía apenas dos años. «Fue el 10 de noviembre de 1994, pero no recuerdo nada. Me afectó el lado derecho y perdí fuerza del lado derecho, pero por suerte recuperé bastante», explica Lugrin, que estuvo entre los cinco candidatos en la categoría paralímpica 2015. Finalmente, quedó al margen de la terna que integran Mariela Delgado (ciclismo), Yanina Martínez (atletismo) y Daniela Giménez (natación). «Que me hayan elegido fue una alegría inmensa. Pero también sé que ese reconocimiento es gracias al aporte de mis compañeros», dice, sincero, ese pibe que gambetea la timidez y defiende con pasión la celeste blanca desde 2009.
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