Nicole Dhers, de 16 años, es un ejemplo del crecimiento personal en lo deportivo a base del sacrificio. Con esa receta, se ganó su lugar en el seleccionado argentino de tenis sobre silla de ruedas.
A los ocho años, su padre, quien conocía a los entrenadores Fernando San Martín y Javier Zubiri, la llevó a la escuela de tenis adaptado del CENARD. Luego de varios meses, dejó la actividad por una operación de columna. A partir de su vuelta se tomó el deporte como una responsabilidad más.
Costó que llegaran los resultados: la competencia en el cuadro de adultos es complicada para un junior. Sin embargo, en 2016 cambió su rutina de trabajo, buscando modificaciones en los partidos. Empezó a entrenar tres veces por semana y a dedicarse muchísimo a su tenis.
En 2017, en el Miguel Zúñiga Memorial Open de Buenos Aires, llevó a una jugadora mayor a ella a un partido de tres sets que comenzó ganando y se le escapó en el final. Se repuso y fue campeona del dobles junior junto a Antonella Pralong, su primer título.
Desde ese entonces, todo es progreso para ella: fue medalla dorada en los Juegos Parapanamericanos Juveniles San Pablo 2017, también junto a Pralong. Y fue parte de la gira por Brasil y Chile.
En este 2018, explotó todas sus virtudes en el Zúñiga: fue campeona en Juniors, dobles femenino y dobles junior. Actualmente se ubica como la número cinco del ranking junior de mujeres y aspira al top 4: «Quiero estar en el Masters de Juniors el año próximo».
Paulatinamente pero con constancia, Nicole va por más. La joven atleta mira hacia adelante y sueña en grande: «Me gustaría llegar a ser profesional, ser de las mejores. Este es un buen comienzo. Y obvio que quiero llegar a Tokio 2020. Voy a dar todo para clasificar».