JUAN BAUTISTA D’ANGELO: “EN LA CANCHA SOY LIBRE”


Compartir

Juanjo siempre lo da todo. Adentro y afuera de la cancha. A tal punto que siendo hincha fanático de Independiente un mediodía se mandó al entrenamiento de Racing para hacer firmar camisetas y conseguir saludos de los jugadores para la última Cena Solidaria de la Fundación Powerchair. No le importó nada. El pibe fue, puso su mejor cara y consiguió el objetivo.

Juan Bautista D`Angelo tiene 18 años, nació el 5 de noviembre de noviembre en Buenos Aires pero ahora vive en la República de Avellaneda, la capital mundial del fútbol. Veamos algunas de sus características: es de escorpio, como la famosa cerveza de la tele, el pastel de papa es su comida preferida, en el ítem música se queda con el hip hop, le gustan los videojuegos, por ahora no trabaja pero está en primer año de la licenciatura en Comunicación Digital en la UADE y tiene cábalas pero no las dice porque… “cábalas son cábalas”. Entre sus ídolos deportivos no podía faltar Messi, pero no se queda ahí. También suma a De Paul, Di María y mete batacazo con Lebrón James. No tiene hermanos pero si mascotas. Ni una, ni dos. Tiene tres: Ciro, Felipe y Milo. Al menos tienen nombres de hermanos humanos…

Mariel, su mamá, es la actual presidenta de FAME, la ONG Familias AME Argentina, y fue ella la que un día le contó de la existencia de Powerchair y le mostró unos videos. Fue amor a primera vista. “Cuando me senté en la silla motorizada sentí muchos nervios y, a la vez, muchas ganas de jugar un partido oficial”, recuerda. Y así fue como en 2016 debutó en Halcones del Bajo y luego pasó a Tigres de Pacheco, su actual club, con el que logró el bicampeonato nacional y ganó la última Copa Libertadores.

“Los que tenemos AME (Atrofía Muscular Espinal) y necesitamos de alguien que nos ayude para hacer cualquier cosa en nuestra vida cotidiana poder jugar este deporte significa algo muy importante: ¡LIBERTAD y UNIÓN! Porque en la cancha somos libres y nosotros tomamos nuestras propias decisiones sin depender de nada ni de nadie”, reflexiona el delantero de la Selección mientras comparte con su papá Adrián unas patitas de pollo en su primer día en Sidney.

“Si a los 6 ó 7 años me decían que iba a poder jugar al fútbol no te creía y ahora lo estoy haciendo. Nada es imposible. Ojalá dentro de unos años pueda vivir de jugar al Power. Hacer un deporte es importante para salir de lo que son las terapias, la escuela o el trabajo. Sirve para que la cabeza active otros botones de nuestras vidas y además nos permite estar en compañía de gente que te entiende y hacer amigos”, dice Juan Baustista.

Su llegada a la Selección Argentina es reciente. Tuvo su debut oficial el pasado 18 de noviembre de 2022, en el CeNARD, en la victoria por 2-0 frente a Uruguay en la Copa Sudamericana. “Ese día sentí un orgullo total, tenía muchas ansías de dar lo mejor de mí. En todos estos años me imaginé alguna vez con ir al Mundial, pero cuando me lo confirmaron no lo podía creer, se me salió el corazón del pecho”, recuerda Juanjo, como también lo llaman.

“La verdad es que nos entendemos y nos llevamos muy bien los ocho jugadores de la Selección. Tenemos un nivel parejo y somos bastante unidos. Ojalá este Mundial también sirva para que el deporte tenga más visibilidad y que más chicos y chicas se animen y quieran jugarlo. Vamos a salir a ganar todos los partidos del Mundial (Nota: del 15 al 20 de octubre en Australia). El principal objetivo es mejorar el 7º lugar del torneo anterior y en lo personal dar lo mejor de mí y dejar la bandera Argentina en la cima del mundo”. Palabra de Juanjo.