Con apenas 19 años, Elías Romero es el N°1 en el ranking mundial Sub 23 de la Clase 5 de tenis de mesa adaptado, tiene una vitrina llena de trofeos en su casa del Barrio San Alberto de Isidro Casanova y se prepara con todo en busca de uno nuevo en los Juegos Parapanamericanos de Lima.
“Dentro de poco voy a necesitar un lugar más grande, pero por ahora tengo espacio para poner otros trofeos y espero volver al país con una medalla como hace cuatro años”, le contó Romero a Paradeportes. En Toronto, con solo 15, fue el más chico de la delegación argentina y obtuvo la de bronce en la competencia individual.
-Ya estuviste en unos Parapanamericanos. ¿Cuál es el objetivo para Lima?
-En el 2015 se lesionó un compañero, entré por la ventana y viví una gran experiencia. Ganar una medalla con 15 años fue terrible. Me dio motivación para seguir entrenando. En Lima quiero la de oro para clasificarme a Tokio 2020. Me estoy entrenando a full con ese objetivo concreto.
-En mayores sos el 21° del mundo. Arriba tuyo no aparece ningún jugador americano.
-No. Soy el principal candidato. Pero a la hora de jugar me olvido de esa presión. Trato de dejarla de lado. En el tenis de mesa se necesita bastante concentración. Este año trabajo con una psicóloga deportiva y me ayuda un montón en ese tema. Mi máxima motivación es llegar a Tokio.
El incentivo antes pasaba por otro lado. A los 7 años iba a kinesiología en San Justo. Los sábados había una escuelita con tenis de mesa, atletismo y básquet como opciones. A los 8 empezó a entrenarse tres veces por semana en CEDIMA (Centro de Discapacitados de La Matanza) con Cintia Mariño, se enganchó con el deporte y enseguida notó un detalle.
“La idea al principio era despejarme. Después vi que algunos de los grandes andaban con la ropa de Argentina. Tener la camiseta fue una de mis motivaciones de chico. Cuando me convocaron a los Parapanamericanos Juveniles del 2013 me dieron un bolso, lo desarmé enseguida y me volví loco”, recordó Elías.
Todo se le dio rápido luego de que la entrenadora Alejandra Gabaglio lo sumara a la Selección con 14 años. En el 2017 pegó un salto: ganó el oro en los Parapanamericanos Juveniles de San Pablo y se consagró campeón del Panamericano de Adultos en Costa Rica. En el 2018 tuvo su primer Mundial en Eslovenia.
-¿En qué momento te diste cuenta de que era más que un juego?
-Cuando me fui a vivir al CeNARD con chicos que hacen distintos deportes. En esos cuatro años, del 2014 al 2018, viví la exigencia de entrenar todos los días y me lo empecé a tomar más en serio. Es un trabajo lindo el que tengo.
-Te convertiste en el primer N°1 de la historia para Argentina. ¿Qué significa?
-Lo veo como un primer paso en mi carrera, que vino solo y fue una sorpresa. Para más adelante tengo el objetivo de estar entre los diez mejores del mundo. Todavía me falta pero si sigo de esta manera se puede dar.
Elías asegura que el revés es su mejor golpe, que se preocupa especialmente por la concentración y que la experiencia le aporta una ventaja a su edad. “Arrancar de chico me dio otra mentalidad. Este deporte mezcla talento con trabajo. Hay que insistir, jugar con la cabeza fría y aprovechar tus momentos”, dijo.
También reconoce que el tenis de mesa hizo que su vida cambiara: “Me dio todo. Independencia, amigos y viajes. Además tengo la ayuda de mis papás para poder dedicarme sin problemas. Me encanta, es un deporte inclusivo y compito con convencionales, algo que me sirve para mejorar. Cada día tengo una motivación para seguir a full”.
Texto: Andrés Pando / Foto: FATEMA