El golpe del brasileño Santos murió en la red. Gustavo Fernández y Ezequiel Casco ya se abrazaron y recibieron sus medallas doradas. El himno argentino, una vez más, es protagonista en la soleada Toronto. Entonces sí, después de los saludos y de los festejos, Paradeportes.com reunió a los campeones del doble de tenis sobre silla de ruedas de los Juegos Parapanamericanos. «Estamos muy contentos porque jugamos bien. No fue tan cómodo como indica el marcador (6-2 y 6-2), pero ganamos merecidamente», comenzó el cordobés Fernández, ubicado en el sexto lugar del ranking mundial.
«Es un orgullo y un sueño representar a la Argentina y lograr una medalla. Pero este triunfo también es para los chicos que trabajaron con nosotros en el país, para el preparador físico y para el resto del equipo. Estoy muy emocionado», la siguió el Mono Casco, el jugador al que los brasileños le apuntaron con sus golpes a lo largo del partido. Pero Casco, respondió. Y sino, que lo diga su compañero.
«El Mono se la bancó, es un fenómeno. Sé de su esfuerzo, de lo que se rompe entrenando, lo que es como jugador y lo que puede dar. Por eso cuando jugamos estoy tranquilo, sé de sus condiciones y no me sorprendió su nivel», fue el elogio de Fernández. La devolución fue sincera e instantánea. «Es un verdadero placer compartir el equipo con Gustavo, que es un auténtico líder. Él me ayuda y es el técnico adentro de la cancha», dijo Casco.
Para Gustavo Fernández, que viene de consagrase en Wimbledon, esta victoria tiene un sabor especial. «Me saqué la espina de la plateada que obtuve en el dobles en Guadalajara en 2011. Ahora hay que descansar y prepararse para mañana. Voy por la frutilla del postre», dice el cordobés, que este viernes jugará por la dorada en el single contra el estadounidense Rydberg.
Pero este equipo tiene un entrenador que, desde un costado, aporta tranquilidad y experiencia. Se trata de Fernando San Martín. «Estos chicos juegan tenis de verdad. Casco jugó bárbaro y, por momentos, se puso el equipo al hombro. No le esquivó a la presión y quedó demostrado que está para más. Gustavo es una máquina y por su experiencia es el que tiene que dirigir al equipo. Su protagonismo es fundamental», analizó. En tanto que José María Valladares, el presidente del COPAR y AATA (Comité Paralímpico Argentino y Asociación de Tenis Adaptado), no ocultó su felicidad: «Vi un equipo firme y tranquilo. El resultado reflejó la diferencia que existió. Estoy feliz por esta victoria y por estar presente una vez más cuando se iza la bandera argentina».
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