DANIELA GIMENEZ, LA DESPEDIDA DE UNA LEYENDA


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Daniela Giménez tenía 16 años recién cumplidos cuando miró a su alrededor y quedó impactada. Los escenarios deportivos eran maravillosos, mucho más de lo que se había imaginado. La Villa tenía todo lo que tenía que tener y más. Y la organización funcionaba como un relojito. Los Juegos Paralímpicos de Beijing 2008 le daban la bienvenida a la nadadora nacida en Resistencia (Chaco), que no salía de su asombro.

“Tengo muchos recuerdos de mi debut paralímpico, ¿cómo olvidarlo? Los estadios estaban llenos, todo funcionaba y yo no caía. Me encontraba en un lugar siendo chica, pero donde tenía que tomar decisiones más adultas”, refresca Daniela, una de las nueve deportistas que integraron la delegación argentina en China. 

La nostalgia queda atrás, los recuerdos pasan y el presente se acerca. París 2024 está ahí nomás y Daniela Giménez lo sabe: “Van a ser mis últimos Juegos y lo vivo de una manera diferente. Con más experiencia y tranquilidad. Quiero divertirme, disfrutarlos y compartir momentos hermosos con mis compañeros”.

Daniela Giménez comenzó a nadar a los 5 años y cuando se quiso dar cuenta ya competía. Y fue en uno de esos torneos que la observó una profesora que la convocó para el equipo argentino. “Tenía 12 años, era muy chica, pero no tenía tiempo para soñar qué quería”, le dice a Paradeportes la chaqueña de 32 años, campeona del mundo en México 2017.

Nunca imaginó que iba a representar a la Argentina por el mundo. Que en Tokio alcanzaría su mejor actuación con el cuarto puesto en los 100 metros estilo pecho SB9. Y tampoco que en París 2024 disputará su quinto Juego Paralímpico. Luego será leyenda.

Hoy, a la distancia, Daniela mira para atrás y sonríe cuando se encuentra con aquella niña de 16 años. Pasó mucho tiempo y ella misma lo afirma: “El deporte es crecimiento constante. Una rueda que gira y gira. Y hay que estar preparada”.