De alguna manera, Patricio Guglialmelli será el más local de los argentinos en los Juegos de Río de Janeiro, ya que desde 2013 su compañero inseparable es Zizifo, un caballo brasileño de raza lusitana, del Haras Interagro.
Un largo camino ha recorrido desde su debut internacional representando a la Argentina en el paradressage, allá por el año 2000, en Warwickshire, Inglaterra: compitió en Atenas 2004 y Londres 2012. Estos será sus terceros Juegos, pero deberían ser los cuartos: «Para ir a Pekín 2008 me entrene un año y medio en el Hípico Argentino con caballo patrocinado por Remonta y Veterinaria. Cuando faltaban 15 dias para viajar, me avisaron que el caballo no podia viajar por falta de fondos y me quede afuera de los Juegos. Una pena, porque estaba muy bien preparado».
Para su nuevo desafío olímpico se preparó intensamente, montando todos los días, entrenando dos veces a la semana con su trainer y tres en el gimnasio. Para estar a punto, ensayó los ejercicios que le pedirán en los tests y realizó un exigente trabajo físico, sobre todo en elongación y equilibrio. Pero no todas sus jornadas transcurrieron en el Centro de Actividades Hípicas Tortuguitas, su emprendimiento familiar dedicado a la equinoterapia, sino en Italia: «Tuve la posibilidad de ir dos veces este año a concursar al caballo que voy a montar en Río».
-¿Qué progreso experimentaste en estos años?
-El de poder mantenerme en un nivel, algo que es muy difícil, porque hay muchos países nuevos y caballos excepcionales. Son casi 16 años en Juegos Paralímpicos.
Su dedicación es a tiempo completo. «Gracias a Dios, soy un bendecido que puedo trabajar de esto, como entrenador de caballos y de gente con o sin discapacidad. Vivo con ocho caballos y puedo abocarme a pleno a la actividad ecuestre», cuenta antes de nombrar al que llama su «Golden Team», compuesto por Clotilde Gandulfo (jefa de equipo), Alessandro Benedetti (trainer), Gea Einaudi (propietaria de Zizifo) y Nacho Acosta (groom). Además de su preparación en Italia, en Tortuguitas tiene a Carlos Zelaya, «mi entrenador de toda la vida, que estuvo conmigo en Atenas», remarca.
Su paso por Italia fue provechoso. En marzo último alcanzó el segundo puesto en el Preolímpico de Verona y en junio un cuarto lugar en otro preolímpico, esta vez en Milán. «Estoy muy contento con mi 2016. Me encontré con los equipos suizos y franceses, que están muy bien. Nos metimos en el pelotón de arriba», resume.
-¿Cuáles son tus expectativas para Río de Janeiro?
-Siento que estoy muy bien para esto cita. Después de haberme mezclado entre los franceses, y haber quedado a 0,40% de una jinete suiza, mi objetivo es llegar a la final en la prueba con música, la que mejor hago. Va a ser difícil, sí, porque cuesta hacerle fuerza a los ingleses que tienen mucha más competencia y son los mejores en esto, pero estoy muy motivado. En el último torneo pude lograr el segundo puntaje más alto de mi carrera, así que estoy contento”.