Gustavo Fernández tuvo el mejor año de su carrera y se convirtió en el número uno del mundo en tenis sobre silla de ruedas. El cordobés analizó su gran temporada en una entrevista concedida a Paradeportes Radio, el programa del deporte adaptado, inclusivo y paralímpico argentino (martes a las 23 por Radio Cadena Uno, AM 1240).
«Arranqué el año como cuarto o quinto cómodo en el ranking y en nivel. Tuve un gran comienzo y ahí empecé a mejorar. Busqué toda mi vida ser el número uno del mundo, así que ahora lo estoy disfrutando. Se hizo mucho más masivo todo ahora. Eso está bueno para seguir difundiendo el deporte», remarcó.
Su nivel tenístico dio un gran salto y los resultados fueron dándose. Fue campeón del Australian Open y finalista en Roland Garros y Wimbledon: «Hace rato que vengo sintiendo respeto de parte de los top del ranking. Creo que un poco los tomó por sorpresa mi año. Siento que me gané el respeto de entrenadores y rivales. Me hace bien eso porque sé que pasa porque hice bien las cosas».
Para llegar a ser el mejor del mundo, Fernández tuvo que trabajar fuertemente en un aspecto en particular: «La mayor diferencia que se hace, y donde yo tuve que hacerme muy fuerte, está en el tema mental. Tuve que trabajar mucho eso. La gran diferencia mía para todo es la fortaleza mental. Trabajé con un especialista y me dio grandes resultados. Fue un plus para poder llegar a donde estoy hoy. El ego está, también es necesario para competir en tenis. Pero sigo siendo el mismo de siempre a pesar de todo. Mi entorno está para ayudarme con eso también».
Otra de sus características diferenciales es su ambición deportiva. Siempre va por más. Así lo explicó: «Me obsesiona todo. Cada torneo lo juego como la final de un Mundial. Obvio que hay preferencias, pero todos los torneos son importantes para mí. La medalla paralímpica es muy especial porque tengo menos chances de ganarla. Pero un Grand Slam para un tenista es todo. Igual no pasa por cuántos torneos gane o pierda. Pasa por el día a día. Hacerlo lo mejor que uno pueda, dar el máximo y quedarse tranquilo con eso».
Además de ser un referente para el tenis, Gustavo se convirtió en un emblema del deporte paralímpico argentino. Y se toma en serio su rol: «En cada nota intento dejar bien el claro el mensaje de dejar los prejuicios con la discapacidad. Borrar la lástima. Que dejen ser, como cualquier persona. Siempre trato de contar qué es lo que me sirvió a mi, no por el éxito deportivo sino por cómo llevo mi discapacidad».
¿Cómo hace para seguir entrenando y compitiendo con la misma ambición si ya logró muchas de las metas que se propuso? Así lo explicó: «Mi motivación todos los días es tratar de seguir superándome. Con ese objetivo, es muy fácil ir a entrenar y tener en claro el sacrificio que hay que hacer. Me he sorprendido en muchos aspectos míos. He mejorado en la derecha, el saque, la volea, la movilidad. Trabajé lo mental, trabajé con una nutricionista… Estoy muy orgulloso de mi yo profesional».