IÑAKI BASILOFF, EL DOMADOR DE PILETAS


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Iñaki Basiloff pasó por todas las etapas en la natación: comenzó en una escuelita por una cuestión de rehabilitación, luego representó a un equipo y más tarde fue convocado al seleccionado argentino. Este largo recorrido se inició cuando tenía ocho años con el objetivo de mejorar su calidad de vida ya que a los dos años sufrió una mielitis traversa que afectó su desarrollo muscular en las piernas.

Fue allí, en el Club Alta Barda de Neuquén, cuando se propuso dedicar de lleno a la natación. “Empecé la rehabilitación y me di cuenta que cada día me gustaba más la natación. Cuando nado siento que vuelo, porque en la pileta hago cosas que afuera del agua no puedo”, explica el atleta que en París 2024 participará en su segundo Juego Paralímpico, después de su exitoso debut en Tokio.

Basiloff representó a Cipoletti de Río Negro hasta que le llegó la gran oportunidad: tras coronarse en varios torneos regionales, la entrenadora Marcela Belviso lo convenció y lo llevó a River Plate. Desde entonces, su carrera creció de manera vertiginosa y, con apenas 14 años, participó en los Juegos Parapanamericanos de Toronto 2015.

Los títulos y las medallas no tardaron en llegar e Iñaki pasó de ser un proyecto a una realidad. Hoy es presente y futuro de la natación paralímpica argentina. Así, entonces, se transformó en una de las figuras argentinas del deporte adaptado y se perfila como candidato para París 2024. Los resultados lo avalan: la rompió en el Campeonato Mundial de Madeira 2022, donde ganó la medalla dorada en los 400m libre S7, además de sumar una plateada y otra de bronce. También se subió al podio por duplicado en el Mundial de Manchester 2023 y cosechó seis medallas en Santiago 2023.

“Tuve un buen papel en Santiago, pero siempre quiero más y sé que puedo mejorar mis marcas”, dice Basiloff cuando mira para atrás. Pero a la hora de observar el futuro, el nadador asegura que “estoy entrenando muy duro y creo que voy por el buen camino”.

Para Basiloff, el objetivo en París 2024 está claro: “Quiero llegar al podio”. Sí, ese podio que arañó dos veces en Tokio 2020 por apenas una centésima. Si, por nada. Menos que un suspiro. “Fue un torneo de mucho aprendizaje y haber quedado tan cerca de la medalla fue positivo de todos modos”, aclara.

Mientras tanto, y para que la espera sea más llevadera, Basiloff reparte su tiempo libre con la familia y sus amigos. Alguna película, algún juego de Play y un sueño recurrente que lo tiene como protagonista en el podio de París 2024.