El neuquino Iñaki Basiloff, ganador de una medalla dorada (200m combinados SM7) y otra de bronce (400m libres S7) en los últimos Juegos Paralímpicos de París 2024, estuvo en la última emisión del año de “Paradeportes Radio”, el único programa dedicado al deporte adaptado y paralímpico argentino (en marzo llega la 10º temporada) conducido por Maximiliano Nóbili y Ariel Quassi. Aquí, las definiciones más destacadas del mejor nadador argentino:
“Cuando vi en la pantalla que había ganado la dorada no lo podía creer, fue un momento único. Todavía siento que no pasó, que fue un sueño. Un momento de mucha felicidad y mucha emoción”.
“En Tokio 2020 perdí dos medallas por hacer mal el último toque. Ahí me di cuenta de que no era muy bueno haciéndolos, así que lo entrené durante mucho tiempo. En la carrera que gané la dorada en todo momento estuve en desventaja, pero el toque final lo hice bien y eso fue la clave. De algo sirvió aprender a las malas”.
“Todo tiene su maña y su técnica. Antes tocaba más como venía. Eso se entrena, hay que tocar más de costado, hay que estirarse, la cabeza tiene que estar en determinada posición. Todos tenemos nuestro punto flojo y nuestro punto fuerte. Lo fui entrenando, con el tiempo lo empecé a hacer bien y ahora es algo que ya me sale automáticamente”.
“Trusov (el rival ucraniano que salió 2do) es muy alto, tiene los brazos muy largos. Pero hay una imagen que se ve bien como yo toco abajo del agua y él toca arriba. Eso hace que yo gane la carrera, fue todo cuestión de toque. En la misma imagen también se ve que mi cabeza está por detrás de la suya. En todo momento estuve en desventaja, pero el toque lo hice bien y eso fue la clave”.
“Hasta ahora no volví a ver las carreras completas, pero desde el agua notaba que iba primero (en la de 200m en la que finalmente salió 3ro). Esto es algo que también aprendí durante la competencia, haber ganado la medalla de oro me afectó para la carrera de los 400 metros, en que era favorito, porque tenía tantas emociones en esos días previos que el cuerpo me pidió relajarme y cuando me relajé, llegó la carrera. Por más que yo estaba contento, lo otro me afectó y me hizo no estar al 100% ese día. El resultado no fue el mejor, aunque llegamos al podio. Era peor quedar afuera del podio. Estoy agradecido con todos los resultados”.
“La marca no fue algo bueno. Yo tenía casi un segundo y medio debajo de lo que hice en París. Venía entrenando para hacer muchísimo menos de mi mejor tiempo. En ese momento las condiciones mentales no estaban para que yo pudiese hacer un buen tiempo. De todas maneras lo disfruté mucho, con la medalla de oro ya había logrado todo lo que quería y por más que la seguí luchando hasta el final, para mí ya había sido un viaje excepcional y con muchos resultados”.
LA FAMILIA EN PARÍS
“Fue un viaje único porque nunca, desde que yo empecé a nadar, había podido estar mi familia completa y justo se dio en estos Juegos que todos pudieron ir. Eso es difícil porque tengo una familia grande: cinco hermanos, mi papá y mi mamá. Viven en Canadá, Buenos Aires, Neuquén y Córdoba, se juntaron todos y pudieron ir. Creo que eso también me ayudó para las competencias y que ellos pudieran estar ahí a mí me hacía feliz. Y también que ellos lo puedan vivir porque se esforzaron para que yo pueda estar ahí. Fue un conjunto de cosas que se dio para que salga todo maravilloso”.
EL RECIBIMIENTO EN NEUQUÉN
“Después de los Juegos me quedé de vacaciones. No me tomaba desde que había salido campeón del mundo en el 2022. Era algo que necesitaba. Estuve unos días en Francia con toda mi familia. Después seguí con mi mamá y recorrimos Países Bajos y Bélgica. Pasé por Buenos Aires y volví a las tres semanas a Neuquén”.
“La bienvenida en mi provincia fue un evento muy grande. Llegué a las tres semanas cuando ya estaba todo un poco más tranquilo. Mis familiares y amigos me recibieron en el aeropuerto. Me hicieron una caravana hasta la ciudad. Después nos subimos a una autobomba y fuimos hasta el río. Había mucha gente paseando y se acercaba a mirar, terminó siendo más grande de lo que se imaginaba. Fue un hermoso recibimiento. Son de esas cosas que no pasan nunca, son gestos muy lindos”.
EL FUTURO Y LA SALUD MENTAL
“Ahora estoy empezando a analizar qué cosas hacer fuera del agua, más de mi vida personal. Después de que terminé la secundaria decidí no estudiar para prepararme para los Juegos de Tokio y después lo alargué hasta París. La idea es empezar a estudiar algo, a hacer cosas que no me hagan pensar todo el día en la natación. Poder empezar a formarme desde otro lado. Quiero empezar a disfrutar de otras cosas y también porque necesito hacer algo cuando el deporte se me acabe. Por más que sea joven, el deporte tiene fecha de vencimiento”.
“Mi idea es pensar año a año, ver qué objetivos estoy para cumplir en un periodo corto y disfrutar un poco más de la natación. Siempre lo hice con mucho esfuerzo, dedicándome al 100%, quemándome la cabeza por el deporte y ahora quiero empezar a disfrutarlo un poco más”.
“Estoy en una etapa de pensar qué es lo que quiero. También priorizar la salud mental, uno se dedica tanto a algo que, a veces, llega el momento en que le explota la cabeza y necesitamos estos momentos para pensar y recapacitar, si hay que seguir o no. Si se sigue, buscar otros caminos que te ayuden a seguir con el deporte y al mismo sin descuidar la salud mental”.
EL PEHUÉN DE ORO Y LA POLÉMICA CON LOS PREMIOS OLIMPIA
“Los Pehuén son los premios a los deportistas neuquinos, se vienen haciendo hace muchísimos años. En el último tiempo me he convertido en un referente del deporte y tuve la posibilidad de ganar varios de esos premios. Tengo tres Pehuén de Oro, junto con una patinadora somos los que más tenemos. Estoy contento de que se valore mi trabajo y mi esfuerzo. En Neuquén la terna es de natación, no existe la terna de paralímpico, soy un deportista más. Creo que eso está bueno. Ese fue el problema con los Olimpia, no hubo terna, solo se hizo un reconocimiento. Siento que se dio un paso atrás porque no se valoran nuestros resultados como se merecen”.
“A mí me invitaron al evento de los Olímpia, hice malabares para poder ir. Conseguí que un sponsor me pagara el vuelo, porque comprar un pasaje con una semana de anticipación es muy caro. Dos días antes me avisaron que iba a ser sólo un reconocimiento, que no iba a haber ternas. Por respeto a todos los que me ayudaron a ir al evento fui a los Olimpia. Pero si lo hubiese sabido antes, capaz no iba”.
“Cuando estuve en el evento hubo muchísimas cosas más que me hicieron sentir incómodo y después me fui porque no quería estar ahí. Por ejemplo, los periodistas no se sabían nuestros nombres o se los confundían, no mostraban interés por lo que representamos. Hice mucho esfuerzo para poder estar y no se me valoró”.
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