Juegos Nacionales Evita: Ismael Herrera, futbolista


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La historia de Ismael Herrera no es la de cualquier jugador de fútbol. Tiene 17 años y su presencia en el seleccionado de Mendoza que compite en los Juegos Nacionales Evita de deporte adaptado es toda una lucha de superación.

Cuando tenía apenas 2 años, contrajo el síndrome urémico hemolítico, una enfermedad causada por una bacteria productora de una toxina, que suele estar presente en los alimentos y en el agua. Se trata de una enfermedad grave que trae muchas complicaciones y puede producir la muerte.

Sergio, su papá, narra los momentos durísimos que les tocó vivir, allá por 2002: «Ismael no veía, no comía y estaba en un estado como de llanto constante. Estaba muy afectado neurológicamente. Los médicos nos decían que nos olvidemos del Ismael que conocíamos, que ya no sería el mismo, pero jamás nos resignamos. Fue una lucha de día a día, porque cada vez nos daba una nueva señal: a los 4 años empezó a ver… Los neurólogos no pueden entender su evolución, aun viendo las tomografías».

Sergio e Ismael, padre e hijo unidos también por el fútbol.

Su recuperación se acentuó cuando comenzó a practicar deportes. «Cuando Ismael tenía 10 años, llevamos a Joaquín, su hermanito que tenía 5, a jugar al básquet. Los profes lo vieron a Ismael y nos alentaron a que practicara natación, porque le ayudaría mucho, pero teníamos miedo a que le pasara algo en la pileta, porque todavía sufría episodios de convulsiones», cuenta Sergio, ahora con una sonrisa.

Así empezó natación en la Municipalidad de Mendoza capital, y eso le cambió la vida. El deporte impulsó sus mejoras físicas y pronto llegó el momento de animarse a jugar al fútbol, el juego que lo fue apasionando. El propio Ismael lo cuenta: «Empecé en el arco, porque en mi familia mi abuelo y mi papá eran arqueros. Me acuerdo que en mi primer partido tenía nervios y tuve un pelotazo, pero no me asusté».

Una vez que descubrió el deporte, no lo abandonó más. Estos son sus cuartos Juegos Evita: «En el primero participé en lanzamiento de bala y en velocidad, en los siguientes ya como futbolista». Ahora, el joven llegado desde Las Heras, Mendoza, es delantero, pero en sus comienzos como arquero no le fue mal: «tuve la valla menos vencida en 2016, pero quería probar como delantero y ¿por qué no?».

Su debut en esta edición de los Evita fue con un triunfo 2-1 sobre San Juan, pero como dice Marco Olivera, el entrenador, «el resultado es anecdótico. Estos chicos pasaron por momentos muy difíciles, acá se puede ganar, empatar o perder, pero tienen que disfrutar esta posibilidad de estar acá en Chaco, juntos, practicando el deporte que aman».

Olivera fue el creador de la Liga de fútbol 5 adaptado, en Mendoza, que agrupa a 400 jugadores de todas las edades. Sergio, papá de Ismael, resalta la importancia del proyecto: «Los lleva a los chicos a prepararse, los empuja. Antes, se juntaban a jugar una vez al año, cuando llegaban los Juegos Evita, ahora, con la Liga van a seguir más allá, porque Isma el año que viene cumplirá 18 y tendrá sus últimos Juegos, pero el fútbol sigue».

El torneo de fútbol para personas con parálisis cerebral sigue. El miércoles habrá un nuevo campeón nacional, pero eso quedará para las estadísticas. Ismael celebra por otro lado: «Esto es un pasión. Ya hace cuatro años que estoy con este grupo y lo más importante es que somos amigos».