Lucas Poggi, un modelo de nadador


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Un segundo. Eso fue lo que le faltó a Lucas Poggi para representar a la Argentina en los Juegos Paralímpicos de Río 2016. Sin embargo, no bajó los brazos, una constante de su vida.

El deporte, está claro, ofrece revancha. Y Lucas la buscó y la encontró. Con esfuerzo y dedicación consiguió el sueño que persiguió desde hace muchos años y será uno de los nadadores que competirá en Tokio.

Lucas, que nació con una vértebra que no se formó y eso afectó su médula ósea, comenzó su relación con el agua cuando era un bebé. A los ocho años ya competía y entonces se dio cuenta de que tenía condiciones. Llegaron las medallas, los trofeos y los viajes.

 

Pero Lucas no se quedó solo con la práctica deportiva. Vio más allá. Fue, podría decirse, un pionero y se convirtió en modelo. Empezó mandando fotos a las agencias y luego de seis meses de insistir tuvo su premio. “Quiero cambiar el concepto de la moda en la Argentina”, le decía a Paradeportes en 2016. Fue solo el comienzo de varias campañas y desfiles con indumentaria que él mismo diseñó.

Cuando Poggi llegue a Tokio y mire el cielo recordará a su mamá Olga, la que se fue cuando él tenía 24 años. Seguramente habrá un guiño de ojo y un pulgar hacia arriba. Y Lucas le señalará su brazo izquierdo, ahí donde ella está tatuada y lo acompaña las 24 horas. En la piscina, en la pasarela, y en la vida.