Después de un cuarto de siglo defendiendo la celeste y blanca, Lucas Rodríguez le puso punto final a su carrera como futbolistas de Los Murciélagos. En ese extenso recorrido, el cordobés de 41 años ganó tres medallas paralímpicas y obtuvo dos campeonatos mundiales. “El balance es más que positivo. Fue una etapa hermosa y soñada”, le dijo a Paradeportes el hoy ex jugador del seleccionado argentino de fútbol para ciegos.

Cuando Lucas Rodríguez comenzó a jugar al fútbol para ciegos tenía apenas 10 años. Lo hizo en su Córdoba natal y a los 16 ya representaba a la Argentina. En ese entonces no se imaginó que iba a conseguir la medalla plateada en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004 y las de bronce en Beijing 2008 y Río de Janeiro 2016. Tampoco que iba a dar las vueltas olímpicas en los Mundiales de Brasil 2002 y Argentina 2006, entre otros muchísimos torneos.

“El secreto es el esfuerzo, las ganas y el sacrificio. No es fácil mantenerse tanto tiempo en el alto rendimiento. Todo eso fue fundamental para ser parte de la época dorada de Los Murciélagos, donde además de crecer como jugador y como persona coseché muchas amistades”, dice el también presidente de la Fundación Lucas Rodríguez.

El volante ya no vestirá la camiseta argentina, pero sí continuará desplegando su magia por las canchas. Mientras tanto, el jugador emblema de Municipalidad de Córdoba analiza la posibilidad de continuar su camino en el fútbol brasileño, mexicano e, incluso, probar suerte en Europa.

Mientras tanto, se capacita para aportar su granito de arena como dirigente y lo hace desde su función de delegado de IBSA en América, el organismo internacional que maneja el deporte para personas ciegas y disminuidas visuales en todo el mundo: “Quiero transmitir mi experiencia en Los Murciélagos, que fueron la piedra fundamental para el crecimiento del deporte adaptado y paralímpico argentino”.