Matías De Andrade respira optimismo y exigencia. Y siempre con esa sonrisa que lo acompaña en cada momento. Y a menos de un mes de los Juegos Paralímpicos de París, no duda: “Voy a buscar otra medalla. No puedo pensar en otra cosa; en Tokio dejé la vara muy alta”, avisa el nadador que nació en Avellaneda, vivió en Córdoba y en Miramar, pero que en Mar del Plata encontró su lugar en el mundo.
Por su cabeza todavía pasan esas imágenes que nunca olvidará. El final de la carrera y ese festejo por la medalla plateada en los 100 metros de espalda en la categoría S6. Fue podio paralímpico en su tercera participación tras haber finalizado 7º en Río 2016 y 12º en Londres 2012.
Para De Andrade, “Tokio fue un quiebre en mi carrera deportiva. Hubo un antes y un después en mi vida. Me saqué ese peso. ‘Ya lo logré, ya tengo la medalla’”. Pero se viene París, y este atleta que ya se recibió de programador y estudia inglés apunta más alto: “No puedo pensar en otra cosa que no sea volver a subirme al podio”, le dice a Paradeportes.
En su camino a París, De Andrade sacó chapa en Santiago 2023, donde ganó la dorada que tuvo un sabor muy especial. “Mis padres fueron en auto a Chile y me vieron subir a lo más alto del podio. Fue una sensación maravillosa porque no hay nada más lindo que festejar con la gente querida”.
Esa gente querida es la que lo acompañó cuando comenzó en la natación, a los 5 años. Y la que lo siguió cuando disputó sus primeras competencias, a los 11. Fue así que a los 15, Matías se decidió y le puso todo a su carrera deportiva. En 2009 disputó, en Colombia, su primer torneo internacional representando a la Argentina, en el Parapanamericano Juvenil.
Ahora, todos sus cañones apuntan a los Juegos Paralímpicos de París. Se entrena a full en el Club Atlético Once Unidos de Mar del Plata y también en el Emder. Lo acompaña un equipo de profesionales que lo guían en todo momento: Ezequiel Valdéz (entrenador), Facundo Rivero (kinesiólogo), Karina Maturano (psicóloga) y Augusto Barbosa (biomecánico). Pero también cada tanto pone una pausa para jugar a los videojuegos y así desconectarse un poco.
Así, contando los días para viajar, Matías De Andrade le dedica este 2024 a su gran sueño. Su objetivo está claro: ir a París, sacarse una foto con la Torre Eiffel y regresar con otra medalla paralímpica.