A los 11 años, le hicieron una broma en el colegio que le dejó la vista borrosa. La llevaron al oculista para que la revisen y descubrieron algo más: Mónica tiene una retinosis pigmentaria que deriva en pérdida de visión lateral. Esto no afecta la agudeza visual, por lo que nunca se dio cuenta que algo andaba mal.
Siempre apasionada por el deporte, experimentó en el campo adaptado con taekwondo, atletismo y goalball, pero terminó quedándose con el judo. Comenzó a los 15 años y hoy, a los 31, es once veces campeona de España.
Además del ámbito nacional, es triple medallista paralímpica, con tres bronces en Atenas 2004, Beijing 2008 y Londres 2012. Y se prepara para Río 2016: está sexta en el ranking (van los mejores ocho) y su actuación en el Mundial puede ser clave para escalar más posiciones. España tiene con qué soñar.
Foto: Comité Paralímpico Español.