¿Qué es más difícil? ¿Gambetear a un rival y hacer un gol o crear una canción, ponerle ritmo y cantarla? Algo es seguro: ninguna es sencilla. La respuesta, seguramente, la tiene Ignacio Oviedo, jugador de los Murciélagos que ya grabó ocho temas musicales en su canal de YouTube.
“La inspiración es todo. Llegué a componer una canción y grabarla en siete horas, por ejemplo. En el fútbol es complicado porque los rivales también juegan”, aclara Nacho Oviedo, que además de representar a Estudiantes es ayudante en la escuela de fútbol para niños de la Fundación Nano.
Nacho Oviedo, ciego desde los cinco años, lleva la música en las venas. Desde niño le gustó escuchar diferentes melodías e intérpretes que lo fueron empujando hacia un costado artístico. Pasó por diferentes géneros: comenzó con el rock, pasó por la cumbia. La cumbia villera y hoy está orientado al rap, trap y reggaetón.
Su amor por la música se acentuó cuando ingresó en el Conservatorio Julián Aguirre de San Miguel. Allí estudió percusión, aprendió a tocar el piano y se largó como solista con temas propios. Y así, con el tiempo, integró una banda: El canto del cuchillo, junto a su cuñado y amigos. “Se armó un lindo proyecto y fusionamos el trap, con la cumbia y el reggaetón, e hicimos canciones tipo murga uruguaya”.
A Nacho, con sus 19 años, no le tembló el pulso cuando tocó en una plaza o en un pub en eventos culturales y artísticos. ¿Nervios? Imposible. La experiencia que recogió con los Murciélagos, claro está, fue fundamental. “Cuando te pones la celeste y blanca y representas a tu país en el exterior sentís un orgullo enorme”, explica.
Será por eso, seguramente, que por su cabeza ronda la idea de hacer una canción para los Murciélagos. “Estoy esperando el momento oportuno; cuando me venga la musa. Tiene que ser un temazo”, avisa.
Así, entre tema y tema, y los entrenamientos, “Nacho” también se hace un tiempo para pensar en el futuro y desea retomar su carrera en la Licenciatura de Comunicación. Ya habrá tiempo para eso. “Amo al fútbol y nunca lo voy a dejar. Pero la música siempre estuvo y está en mí. Son mis dos amores”