ROCIO LEDESMA, LA JUDOCA QUE SUPO ESPERAR


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Cuando Rocío Ledesma pise el tatami en París saldará su deuda y se dará un gusto grande con su debut en un Juego Paralímpico. Tenía 15 años cuando quedó en la puerta de Río 2016 y estuvo ahí nomás de la clasificación para Tokio 2020. Esta vez no se le podía escapar y lo consiguió tras finalizar en el quinto puesto en el Grand Prix de Georgia 2024. Un premio al esfuerzo y sacrificio.

Pasaron nueve años desde su debut internacional en los Parapanamericanos de Toronto 2015. Fueron sus primeros pasos con medalla de bronce incluida. “Comencé a practicar judo a los 12 años, cuando me enteré de que existía esta disciplina. Mis inicios fueron en una escuelita de Tierra del Fuego, donde me quedaba tiempo extra para mejorar mi técnica”, dice Ledesma, representante de la Federación Argentina de Deportes para Ciegos (FADEC), entrenada por Guillermo Traba y Walter Dzurovcin.

Así, entonces, llegaron los cambios. Porque se dio cuenta de que si quería progresar tenía que dejar a sus seres queridos e instalarse en el Centro Nacional de Alto Rendimiento (CeNARD) para entrenarse con el seleccionado argentino. “Terminé el colegio en Buenos Aires y enseguida me puse a estudiar para ser trabajadora social. Me gusta estar activa permanentemente”, le cuenta a Paradeportes.

“Ser ciega o disminuida visual no imposibilita que una pueda hacer muchas cosas. La discapacidad no es una barrera. Al contrario: es un motor para demostrar que nada es imposible siempre y cuando uno se lo proponga”, explica Ledesma. Ella es un claro ejemplo porque la fueguina, además de entrenarse, toma clases de danza y sueña con tener su propio negocio de comida saludable.

“Mis padres no me dejaban cocinar cuando era chica, tenían miedo de que me quemara. Sin embargo, una de los días más felices de mi vida fue cuando pude hacer mi primera torta”, dice la atleta que nació con una disminución visual que con el tiempo se fue agravando y que además tiene disminución auditiva. Hoy, Rocío Ledesma cocina galletitas, bizcochuelos y pastafrolas. “Sé que hay cosas que no puedo hacer, pero también que hay muchas que sí puedo”, asegura. Y está claro lo que sí puede: tener paciencia, trabajar duro y representar a la Argentina en un Juego Paralímpico.