Rodrigo López dijo a los tres años que iba a ser campeón mundial para comprarle “muchas milanesas” a su abuela. Pero era imposible que pronosticara que a los 40, edad que alcanzan muy pocos deportistas, tendría cuatro títulos mundiales en su curriculum y continuaría sobre la bicicleta en busca de desafíos.
“No imaginaba hasta dónde iba a llegar mi carrera. Ya van 20 años en la Selección. Solamente pensaba en que me iban a bajar rápido si no me superaba día a día. Eso tal vez hizo que llegue tan lejos”, le contó López a Paradeportes, mientras se prepara para los Parapanamericanos de Lima 2019 y además mira de reojo los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
-¿Hay algún secreto para seguir entre los mejores del mundo a los 40?
-El secreto es la disciplina. También tener fe, disfrutar y divertirse, sin pensar lo que va a venir. Pero con mucha responsabilidad. Jamás se me pasa por la cabeza hacer las cosas así nomás.
Como secuelas de una parálisis cerebral sufrida a los cinco años, vio afectada su motricidad fina, el habla y la audición. Sin embargo, se convirtió en el argentino con más medallas en un Mundial y participó en los últimos cuatro Paralímpicos consecutivos. Incluso tiene dos medallas de bronce, una de Atenas 2004 y otra de Londres 2012.
Su carrera había tenido un momento bisagra en el 2001: cuando los vecinos de Colón (Entre Ríos) lo ayudaron a pagarse el viaje para participar en una carrera en España. “¿Qué me queda de esa época? Creo que sigo siendo el mismo Rodrigo, con el entusiasmo de siempre y ahora con unos años encima”, reconoció en el contacto vía Facebook.
-¿Cuál es el objetivo en los Parapanamericanos de Lima?
-Ganar puntos para tratar de conseguir más plazas en Tokio 2020. Subir al podio es muy complicado porque se juntan las cinco categorías. Yo estoy en la más sufrida (C1). Las superiores, C4 y C5, tienen más fácil la medalla.
“Si no juntaban las categorías, en Toronto 2015 hubiera ganado tres medallas, una de oro y dos de plata. Fueron virtuales… Muchos se fijan en el metal en vez del puesto de la categoría. Los puntos equivalen a una medalla y lamentablemente pocos lo notan”, marcó el referente del paraciclismo nacional.
Hace cuatro años vivió un momento inolvidable fuera de la pista y llevó nuestra bandera en la ceremonia inaugural: “Hay que disfrutar desde la apertura hasta el cierre. Uno se lo gana. No se trata solo de competir. Todos los momentos se viven de una manera especial. Cuando represento al país siento responsabilidad, honor y alegría”. Como ese chico de tres que había prometido ser campeón mundial.
Texto: Andrés Pando / Foto: UCI