STEFANIA FERRANDO, LA PSICOLOGA SOCIAL E INFLUENCER QUE CON SUS BOCCIAS VA POR TODO EN PARÍS


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Dice que todas las noches, antes de dormir, cierra los ojos y se focaliza ahí, en la Villa, en la cancha, en algún lugar de los Juegos Paralímpicos de París. Y Stefania sueña. Sueña, como todo deportista, con una medalla. Tiene con qué y lo sabe, pero tampoco se quiere presionar de más. Prefiero que las cosas fluyan. Mientras tanto, ella hace lo que tiene que hacer: entrenar y entrenar con sus boccias azules y rojas, y ese bochín blanco tan codiciado y a veces rebelde.

Stefania Ferrando tiene 30 años, es psicóloga social y trabaja todos los días en la Municipalidad de Gualeguay, en Entre Ríos. Además, desde su cuenta de Instagram /StefaniaFerrando se transformó en influencer en temas de discapacidad, diversidad y deportes. Y también genera contenidos como modelo.

La historia, resumida, es así: Stefania nació con AME (Atrofia Muscular Espinal), una enfermedad genética poco frecuente, y en su vida cotidiana se traslada en una silla de ruedas motorizada. A los padres le dijeron que no viviría más de 14 o 15 años, pero las investigaciones y tratamientos también hicieron su parte. Hoy es una atleta de alto rendimiento que está por representar a la Argentina en el evento paralímpico más importante del mundo.

En el 2016 la invitaron a jugar a las boccias… y no largó más. Le dio un beso y un abrazo de agradecimiento a la natación y esa decisión cambió el rumbo de su vida. “Tuve que elegir, cambié y acerté. Por suerte, el tiempo me dio la razón”, dice la mujer más destacada de las boccias argentinas que en los Juegos Parapanamericanos de Santiago 2023 logró el pasaje directo a París. Del otro lado de la cordillera ganó la medalla dorada junto a su compañero de equipo Rodrigo Romero en la categoría BC3. De esta manera tendrá doble chance: jugará en pareja y en singles.

La entrerriana sabe de qué se trata esto de ir a un Juego Paralímpico. Ya estuvo en Tokio 2020, aunque le quedó un sabor amargo. Hoy va por la revancha. “Siento que para estos Juegos tengo más herramientas y voy a estar mejor preparada”, asegura.

En París, Stefania Ferrando estará acompañada por Juan José Ferreyra, su asistente de juego… que también es su novio. “Nos conocimos en el 2016, cuando yo hacía una campaña de recolección de tapitas plásticas a beneficio de la Asociación Nacional de Atrofia Muscular Espinal (FAME Argentina). Se hacía para recaudar fondos e investigar la cura de mi enfermedad. Juanjo estaba en un voluntariado y yo me sumé. Un día me hicieron una cena de bienvenida y ahí conectamos”, dice con una sonrisa pícara. Y entre tapita y tapita… nació el amor.

Para Stefania, el deporte fue clave toda su vida. Primero con la natación y luego, ya más profesional, con las boccias: “El deporte fue y es una gran herramienta para mí. Me ayudó a ser independiente, a vivir fuera de mi casa y hasta conocer a mi novio. El deporte logró tenerme motivada y entusiasmada con objetivos bien claros y no hacerme pensar todo el tiempo en médicos y tratamientos. Tengo una vida plena más allá de mi patología y eso lo conseguí gracias a mi familia, al estudio, el trabajo y el deporte. Además, desde hace años tengo la posibilidad de vestir la camiseta argentina, de ganar una medalla y hacer que suene nuestro himno. Es una sensación muy fuerte y de gran orgullo”.