Enrique Plantey es uno de los grandes destacados argentinos del deporte paralímpico de invierno. Se dedica al esquí desde los 16, cuando conoció la disciplina adaptada en un viaje a San Martín de Los Andes. «Me gustó muchísimo. Dije: ‘Esto es para mí’. Me gusta todo lo que te permite el esquí, la velocidad, el desafío, el entorno», contó en Paradeportes Radio.
Ahora, a los 37, ya cuenta con una larga experiencia en este terreno. «Mi carrera es un camino muy largo que disfruté muchísimo. Estuve en dos Juegos Paralímpicos de Invierno y me estoy preparando la tercera vez, en Beijing 2022. Estoy muy enamorado de este deporte. Me encanta lo que hago», manifestó.
Tuvo su primera experiencia paralímpica en Sochi 2014 y pudo repetirla en PyeongChang 2018, donde fue el abanderado nacional en la ceremonia de inauguración. «Representar a mi país es una sensación increíble, una energía extra para cada competencia. Ser abanderado en Corea fue inimaginable», recordó.
Desde lo deportivo, el ciclo paralímpico previo a PyeongChang lo tuvo con una preparación intensa y el apoyo que esperaba. Desde los resultados, se quedó con una espina que tiene ganas de sacarse en China: «Pensaba que PyeongChang 2018 eran mis últimos Juegos Paralímpicos de Invierno. Pero me quedé con una sensación agridulce en lo deportivo. Ahora quiero revancha y me voy a retirar en Beijing 2022».
Enrique también practica surf y tiene un emprendimiento junto a Mariano Tubio, argentino campeón mundial de golf adaptado. Juntos formaron la empresa «3PI mobility» y desarrollaron un complemento para sillas de ruedas (se acopla y la vuelve un triciclo que se mueve a pedal con las manos o con motor eléctrico). «Yo tenía una visión distinta de las personas en silla de ruedas antes de mi accidente. Me cambió mucho la mirada: la vida es super fácil en una silla si le sacás ese peso tan negativo que tiene. Es simplemente un medio de movilidad», cerró.
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