Fue una tarde diferente, especial para todo el equipo de Tenis para ciegos Argentina. Los visitó, nada más ni nada menos que Guillermo Vilas, uno de los máximos referentes del tenis argentino y mundial.
El extenista, ganador de cuatro Grand Slam compartió una clase con los alumnos, profesores y voluntarios. Nadie desaprovechó ningún segundo con su presencia, donde se divirtió y emocionó. Además, brindó consejos a los jóvenes, hizo frontón y hasta jugó un partido para vivir una experiencia única.
No sólo fue su presencia, además apoyará para que el equipo de Tenis para ciegos Argentina siga creciendo.
¿Sabés como se juega al tenis para ciegos?
La cancha es del tamaño de una de bádminton (Largo: 13,40 mts. y ancho: 6,1 mts), algo más chica que la convencional (Largo: 23.77 mts. y ancho 10.97 mts).
Las líneas tienen relieve, gracias a una cuerda de 3 mm pegada al suelo bajo una cinta de papel. Los jugadores van tocando el piso con pies, manos y/o raqueta como para ubicarse en la cancha.
La red es apenas más baja (80 cm en el centro y 85 cm en los lados) que en la convencional (91 cm en el centro y 1.07 mts. en los bordes).
Se usan raquetas «junior», las que habitualmente usan los más chicos para aprender, ya que son más livianas y maniobrables.
Luego de ubicarse en la cancha, el que saca debe gritar «va» y el que recibe «listo», para dar comienzo al juego.
El jugador dispone hasta 3 piques antes de devolver la pelota hacia el otro lado.
Los torneos de Blind Tennis se juegan con los ojos vendados, más allá del nivel de cada jugador, para igualar las posibilidades de todos.
El conteo es igual al convencional en puntos y sets, excepto que después del 40-40 no hay ventaja.