MIGUEL GALEANO, EL MISIONERO QUE VA POR LA GLORIA


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El 11 de abril de 2024 quedará marcado a fuego para Miguel Galeano. En Santo Domingo, República Dominicana, derrotó al mexicano Iván Torres y se quedó con la medalla dorada en el clasificatorio que le otorgó el boleto para los Juegos Paralímpicos de París 2024. “Todavía no caigo, son muchas emociones juntos. Quiero ver a mi familia y abrazarlos a todos”, decía, en ese entonces, este misionero de 25 años. 

Atrás quedó aquel accidente y la amputación de la mano derecha mientras trabajaba en una carnicería de Mar del Plata. Tenía 22 años y sintió que su sueño, el de brillar en el deporte de alto rendimiento se truncaba. “De chico siempre soñé con competir y nunca encontré el camino. Luego del accidente llegué al parataekwondo y me enganché. Al final, en el deporte adaptado logré lo que siempre quise”, le dice Galeano a Paradeportes. Vueltas de la vida.

Aunque nació en la ciudad de Puerto Rico de Misiones, Miguel Galeano se instaló en Mar del Plata hace siete años. Allí conoció al entrenador Carlos Guerrini, la persona que lo marcó el camino en esta disciplina: “Quería integrarme en la sociedad, ganar confianza y tirar unas patadas hasta que me empezó a gustar el verdadero deporte”.

Después de haber practicado boxeo, Galeano se inclinó por el taekwondo y afirma que “es lo que siempre busqué: quiero quedarme con este deporte para siempre”. Fue así, que entre concentraciones, campus y entrenamientos conoció a Lucas Guzmán, el atleta argentino que ganó un diploma olímpico en Tokio 2020. “Desde que hago taekwondo siempre lo seguí. Lo admiro y lo observo para aprender de él. Es un espejo para mí”, dice Galeano, quien en su Whatsapp tiene una foto de perfil con Guzmán.