Eduardo Schwank abrió con su fundación la segunda escuela de tenis para ciegos en el país, en Rosario. Mientras se recuperar de una lesión y se preparar para volver en condiciones al circuito el próximo año, el jugador nacido en Roldán le contó al diario Muy sus sensaciones; «Queremos que nadie sea discriminado. El objetivo es que los clubes abran sus puertas y sumen horarios para personas discapacitadas».
Schwank vivió su propia experiencia cuando le vendaron los ojos. «Le pegué a dos de diez pelotas. Mientras que los chicos que vienen jugando le dieron a ocho o a nueve», aseguró el tenista. «Antes de realizar la presentación en Rosario, hace un mes, había más de 20 inscriptos. Ojalá que se sigan sumando», agregó.
Más información: Fundación Estar Eduardo Schwank
¿Sabés como se juega al tenis para ciegos?
La cancha es del tamaño de una de bádminton (Largo: 13,40 mts. y ancho: 6,1 mts), algo más chica que la convencional (Largo: 23.77 mts. y ancho 10.97 mts).
Las líneas tienen relieve, gracias a una cuerda de 3 mm pegada al suelo bajo una cinta de papel. Los jugadores van tocando el piso con pies, manos y/o raqueta como para ubicarse en la cancha.
La red es apenas más baja (80 cm en el centro y 85 cm en los lados) que en la convencional (91 cm en el centro y 1.07 mts. en los bordes).
Se usan raquetas “junior”, las que habitualmente usan los más chicos para aprender, ya que son más livianas y maniobrables.
Luego de ubicarse en la cancha, el que saca debe gritar “va” y el que recibe “listo”, para dar comienzo al juego.
El jugador dispone hasta 3 piques antes de devolver la pelota hacia el otro lado.
Los torneos de Blind Tennis se juegan con los ojos vendados, más allá del nivel de cada jugador, para igualar las posibilidades de todos.
El conteo es igual al convencional en puntos y sets, excepto que después del 40-40 no hay ventaja.