El caso de Jorge Lencina es particular e histórico: es el único deportista argentino que participó en los Juegos Olímpicos y también en los Paralímpicos. Participó en judo en Atlanta 1996, Sydney 2000 y Atenas 2004 como convencional. En ese último año le detectaron glaucoma queratocono, una deformación en las córneas, y pasó a competir en el judo paralímpico. Se convirtió pronto en un referente y representó al país en Beijing 2008 y Londres 2012. Estos serán sus ¡sextos Juegos!, los terceros paralímpicos.
Llegó al judo a los 8 años, cuando al pasar por la cancha de Instituto, en Córdoba, vio por una de las ventanas debajo de la tribuna a chicos practicando ese deporte. Fue tan grande el entusiasmo que arrancó y no lo dejó más. A los pocos meses ya estaba compitiendo a nivel nacional. En 1991, hace 25 años, representó por primera vez a la Argentina, en el Panamericano Juvenil, con Colombia, y se trajo la medalla de oro. Desde entonces, siempre estuvo en lo alto de los rankings.
El judo adaptado se divide en tres categorías: la B1 es para personas ciegas; la B2 es para una disminución visual de hasta 5 metros; y la B3 hasta 10 metros. “Yo estoy entre B2 y B3”, explica Lencina, que ilustra: “La principal diferencia es que te obligan a estar en contacto con el rival, pero no cambia el reglamento”.
La preparación para Río empezó el año pasado. Estuvo 25 días en Inglaterra, una estadía en Brasil, “siempre apuntando a estar en la mejor forma posible. Estoy muy metido, de lleno en el entrenamiento, de lunes a sábado”, comenta con su inconfundible tonada cordobesa. A un lado quedaron las clases como profesor de judo, ya que la meta paralímpica le demanda el una dedicación casi exclusiva, “casi total, si no fuera por mi señora Gabriela y mis dos hijas, Rocío y Luana”.
A los 41 años, este veterano de los Juegos vive las mismas emociones que en cada previa: “Son sensaciones muy fuertes porque estamos cuatro años para clasificar. Todos los que llegan a Río forman un grupo selecto, así que estar allí ya es un logro personal”, confiesa, sin dejar de mencionar que ingleses, georgianos, uzbekos, cubanos, rusos y ucranianos serán rivales de máximo nivel mundial.